INAUGURAMOS el blog del ciclo en que hemos compartido la experiencia de películas como “¿Quieres ser John Malkovich?”, “El día de la marmota”, “La comunidad”, “The Truman Show” y, especialmente, de interesantes debates que, partiendo de cuestiones planteadas en las películas, nos llevaron a las profundidades del ser humano.
En torno a “Malkovich”, entramos en la discusión de la posibilidad de ser otro, la necesidad imperiosa para algunos de serlo, la no-aceptación de sí mismo, lo que se pone en juego en la propia vida y cómo afecta la vida de los demás…
Nos surgieron preguntas como:
¿Cuántas veces quiero huir de mí para realmente ser alguien importante? ¿Qué estoy dispuesto a hacer para que me acepten las personas que quiero o triunfar profesionalmente?
“El día de la marmota”, lejos de parecer una comedia superficial, en tanto se plasma la repetición de los días y la memoria como facultad indispensable para aprender, disparó un interesante intercambio sobre las oportunidades que tenemos en la vida, si las tomamos o no, y, particularmente, sobre la moralidad cuando todo parece ser inconsecuencial y la búsqueda del sentido de la vida, maravillosa en su finitud.
Nos preguntamos:
¿Qué harías si fueses inmortal o si no importase lo que hicieras, porque el día siguiente en su “estructura” está hecho para repetirse una y otra vez?
“La comunidad” nos llevó a un debate sobre los valores humanos, cuando son relativos, si lo son, cuando trascendentes, como los nombramos y que
significan para cada uno de nosotros. Cómo la solidaridad puede ser discutible como virtud y ser sin embargo un valor. Las creencias y suposiciones sobre “el ser del otro”, que nos lleva a actuar como actuamos…
Abordamos preguntas como:
¿Cuánto vale ser solidario? ¿Cómo y por qué es importante? ¿Los valores humanos se construyen o son eternos y transculturales? ¿Como redefinimos y recontratamos nuestros valores, en comunidad, durante el transcurso de nuestra vida?
“The Truman Show” nos generó distintas inquietudes sobre la manipulación paternalista, las intenciones, el vivir una vida que no es la que se desea
y cómo esto afecta al protagonista y a muchos otros-.
En torno a “Malkovich”, entramos en la discusión de la posibilidad de ser otro, la necesidad imperiosa para algunos de serlo, la no-aceptación de sí mismo, lo que se pone en juego en la propia vida y cómo afecta la vida de los demás…
Nos surgieron preguntas como:
¿Cuántas veces quiero huir de mí para realmente ser alguien importante? ¿Qué estoy dispuesto a hacer para que me acepten las personas que quiero o triunfar profesionalmente?
“El día de la marmota”, lejos de parecer una comedia superficial, en tanto se plasma la repetición de los días y la memoria como facultad indispensable para aprender, disparó un interesante intercambio sobre las oportunidades que tenemos en la vida, si las tomamos o no, y, particularmente, sobre la moralidad cuando todo parece ser inconsecuencial y la búsqueda del sentido de la vida, maravillosa en su finitud.Nos preguntamos:
¿Qué harías si fueses inmortal o si no importase lo que hicieras, porque el día siguiente en su “estructura” está hecho para repetirse una y otra vez?
“La comunidad” nos llevó a un debate sobre los valores humanos, cuando son relativos, si lo son, cuando trascendentes, como los nombramos y que
significan para cada uno de nosotros. Cómo la solidaridad puede ser discutible como virtud y ser sin embargo un valor. Las creencias y suposiciones sobre “el ser del otro”, que nos lleva a actuar como actuamos…
Abordamos preguntas como:
¿Cuánto vale ser solidario? ¿Cómo y por qué es importante? ¿Los valores humanos se construyen o son eternos y transculturales? ¿Como redefinimos y recontratamos nuestros valores, en comunidad, durante el transcurso de nuestra vida?
“The Truman Show” nos generó distintas inquietudes sobre la manipulación paternalista, las intenciones, el vivir una vida que no es la que se desea
y cómo esto afecta al protagonista y a muchos otros-.
Nos preguntamos sobre la hipocresía, sobre el destino humano, sobre lo que pulsa en cada uno vs. la influencia social y la posibilidad de transformar el mundo, más allá de la propia individualidad…
¿Hemos tenido relaciones paternalistas desde uno u otro lado? ¿Las mantenemos? Vale la pena el cuidado extremo? ¿De qué nos priva? ¿Qué pulsa dentro de nosotros para realizarnos en la vida?
¡Los invitamos a participar del debate y continuarlo en forma virtual! Toda opinión será bienvenida, en un clima de respeto y de cordial desacuerdo,cuando lo haya.
¡Gracias por visitarnos y dejar tu comentario!
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